Ingredientes (4 personas):
- 400 gr. de puntalette ó sémola de trigo de tamaño grande
- 2 cebollas rojas
- 1 pimiento verde
- 2 dientes de ajo
- 4 pimientos choriceros (ó 4 cucharadas de pasta de pimiento choricero)
- 1 vaso de vino blanco
- 1 trozo de pan del día anterior
- Caldo de pescado
- Aceite de oliva
- Sal
Intro:
Aunque se llame “falso”, su sabor es más que real. Y es que este falso risotto, que en realidad es una pasta llamada “Puntalette” y que simula granos de arroz, además de que lo podréis realizar con otro tipo de pastas o con sémolas de tamaño más grande, lo disfrutaréis mucho en la mesa.
Con esto os queremos acercar una receta donde utilizar la pasta como ingrediente principal, pero acompañado de una tradicional salsa Española. Así que no se diga que comer pasta es aburrido, porque nos merecemos unas cargas de hidratos divertidas y sabrosas.
Elaboración:
En primer lugar, si vamos a utilizar pimientos choriceros secos, debemos ponerlos a remojo en agua caliente 2 horas antes de su utilización, para pasado este tiempo extraer la carne ya reblandecida de su interior y reservar.
En una olla ponemos a pochar en aceite caliente las dos cebollas cortadas finas, y los dos dientes de ajo laminados. Momentos después añadimos el pimiento verde también troceado en láminas.
Cuando las verduras estén blandas, añadiremos la carne de pimiento choricero y saltearemos con el conjunto. Acto seguido incorporamos el vaso de vino y dejamos que reduzca a seco, momento en el que añadimos el pan y cubrimos el conjunto con caldo de pescado.
Así dejamos cocer unos 20 minutos. Trituramos y colamos posteriormente, y si es necesario dejamos reducir en un cazo para que adquiera una consistencia más densa, peo sin pasarnos ya que necesitamos abundante salsa para cocer los puntalette. Ponemos a punto de sal y reservamos.
Ahora cocemos nuestros puntalette, cosa que haremos directamente en la salsa Vizcaína, teniendo en cuenta que necesitaremos aproximadamente el doble de volumen de salsa que de pasta para que queden correctamente cocidos y sabrosos.
Y una vez listos, ya estaremos preparados para emplatar y dejarnos llevar de la receta a la meta.