¿Buscando una opción ligera y saludable a la par que diferente para vuestras comidas o cenas? Hoy os traemos una receta muy sencilla, y con unos ingredientes tan simples como unas verduras, que correctamente aliñadas y acompañadas, os van a hacer disfrutar ante el plato de una manera muy sana.
Y para acompañar, que mejor que una conserva como es la ventresca en lata, que también podría ser atún si no tenéis ventresca a mano, pero que en ambos casos os aportará una buena fuente de proteínas, así como de omega 3, ese ácido graso cardiosaludable y tan importante en vuestras dietas.
Ingredientes (4 personas):
- 250 gr. de judía verde
- 250 gr. de zanahoria
- 2 puerros
- 200 gr. de setas shitake (podrías cambiar por otro tipo de seta)
- 1 lata de ventresca de atún o bonito
- Aceite de oliva
- Sal fina
- Sal en escamas
- Reducción de vinagre balsámico
Elaboración
Pondremos al fuego una sartén con tan sólo dos cucharadas de aceite de oliva, y dejaremos que se vaya calentando, ya que es aquí donde vamos a pochar poquito a poco nuestras verduras.
Mientras tanto, o previamente, tendremos que ir cortando los puerros, zanahorias, judías y setas en juliana, e ir dejándolos reservados en platos distintos, para ir añadiendo cada uno en su momento.
Con la sartén ya caliente, añadiremos en primer lugar la zanahoria y una pizca de sal, a los 5 minutos añadiremos las judías y otra pizca de sal, otros 5 minutos después los puerros junto con otro poquito de sal, y finalmente las setas. Cada verdura que añadamos la mezclaremos con el resto. Llegados a este punto, iremos removiendo y dejaremos hacer otros 5 minutos aproximadamente o hasta que veamos y hayamos probado que las verduras están ligeramente al punto pero no duras ni “incómodas” de comer.
Cuando ya estén, las retiraremos y apartaremos en una fuente, y dejaremos que pierda el calor intenso, ya que se trata de una ensalada templada, y dejaremos pasar unos minutos hasta consumirla.
Para emplatar y aliñar, pondremos la ventresca en la parte superior de la ensalada, junto con unas escamas de sal, reducción de vinagre balsámico y un buen chorro de aceite de oliva.
Así ya tendremos esta ensalada lista para llevarnos de la receta a la meta.